¿Qué fue primero, el daño metabólico o el aumento de peso?

Patricia Gómez y Daniela Merchant

 

En 99.99999% de los casos, el aumento de peso fue anterior al daño metabólico. El daño metabólico se define por la presencia de una o más enfermedades metabólicas derivadas de la inflamación interna como vimos en la pregunta 1 (resistencia a la insulina, diabetes, hígado graso, hipertensión, cáncer). Esto sucede porque la inflamación afecta la secuencia de reacciones químicas del organismo y dificulta la correcta fabricación y reparación de los tejidos y la función de las células. A excepción del cáncer, cuyos factores de riesgo son sobre todo genéticos, el resto de las enfermedades ocurren como respuesta al estado inflamatorio interno que se presenta cuando hay exceso de grasa corporal. No existe el caso contrario en que la resistencia a la insulina, la diabetes, el hígado graso, provoquen aumento de peso. Por lo tanto, primero ocurre el aumento de peso y después ocurre el daño metabólico. Existen los casos de daño metabólico sin aumento de peso, pero son realmente mínimos (menos de 1% de la población mundial), y son tema de la nutrigenómica, que es la ciencia que estudia la respuesta del organismo a los diferentes componentes de la alimentación.

 

El exceso de grasa corporal, por sí mismo, detona la inflamación interna que mantiene un ambiente oxidativo y de disfunción metabólica. El ambiente oxidativo ocurre como consecuencia de la liberación de radicales libres que se forman cuando se oxidan las grasas como parte de su metabolismo. Al haber un exceso de grasa almacenada, hay un exceso de oxidación de grasas y por ende un exceso de radicales libres.

 

Los famosos radicales libres son moléculas a las que les faltan electrones y entonces tienen espacios libres en su estructura. Al tratar de completar esos espacios se pegan a la célula que encuentran más cerca para robarle sus electrones y entonces dejan a la célula destruida. Cuantos más radicales libres, mayor es el daño para las células. Los antioxidanes son moléculas que rellenan los espacios de los radicales libres y así dejan de causar daños. Por eso es importantísimo comer antioxidantes.

 

Hemos explicado ya que el exceso de grasa corporal ocurre como consecuencia de un superávit calórico y este usualmente se acompaña de una ingesta excesiva de azúcares refinados, grasas saturadas y grasas trans, junto con una deficiente ingesta de vitaminas y minerales (porque se descuida la alimentación completa, no solamente la cantidad de calorías).

 

Cuando el organismo carece de vitaminas y de minerales y al mismo tiempo tiene tantas grasas y azúcares que ya no sabe qué hacer con ellas, las glándulas endocrinas (que son las que fabrican las hormonas) se descontrolan y hacen que el cuerpo baile totalmente fuera de ritmo. Este ambiente descontrolado, junto con la inflamación, detona esas enfermedades metabólicas. Si esta condición se mantiene a lo largo de los días, meses e incluso años, se vuelve crónica y provoca que estos padecimientos sean irreversibles.

 

 

En nutrición más vale prevenir que corregir.